Escafandra
Pese a las advertencias del siquiatra y las tres dosis de medicamentos no consumidos, Laura sabe que aquello (su cabeza dentro del agua) es la única evidencia del presente: está viva. El contacto amable de su rostro frente a la apertura del contenedor le permite la entrada a los recuerdos de la noche que de a poco se asoman erráticos, ensayando un tango hasta entonces desconocido. También entran amores perdidos, adolescentes, entre fragmentos de fiestas marchitas; flashazos de besos nunca robados, adioses que atraviesan edificios oscuros imitando a las lechuzas;…
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