Los espacios en «Ella» de Jennifer Thorndike
En el contexto del arte contemporáneo, es agradable leer un libro que no solo se preocupe por el discurso que va a tratar y cómo este va a coincidir con la moda actual, sino que intente mostrar algo diferente a nivel tanto estético como en su discurso. El día de hoy, hablaré de la novela Ella de Jennifer Thorndike, autora peruana que ha escrito diversos libros de temáticas ligeramente distintas, pero con un estilo peculiar y propositivo.
La novela trata de una mujer mayor que ha vivido encerrada la mayor parte de su vida en su casa por su madre que sufre algunos trastornos mentales. Su única esperanza para ser libre es la muerte de la madre que tanto la ha maltratado. La novela empieza con su fallecimiento. La familia inició con madre, padre, hermano y hermana, pero la enfermedad de la madre se fue deteriorando cada vez más que provocó al padre y el hermano escapar de ella.
No es un escenario nuevo, en el cine y en la literatura existen infinidades de historias similares donde una mujer es encerrada por un agente externo. Lo interesante en este caso, es que el responsable no es un hombre, sino una mujer, y no solo una mujer, sino su propia madre. He aquí ya un elemento narrativo que trasgrede distintos discursos modernos. No es una novela feminista, por más que algunos deseen acoplarla a esta retórica de cualquier forma.
La novela es narrada en primera persona, plagada de pensamientos y recuerdos de la protagonista, principalmente de lo sufrido por culpa de su madre. La narrativa transcurre en pocos días, que son los que dura ella en planear y desarrollar el entierro y velorio de su madre. Lo más rescatable de este libro es la narrativa poética que plantea en algunos pasajes, principalmente en los recuerdos duros y dolorosos que detalla el personaje principal. Como mencioné, es agradable encontrar un libro así en estos años donde el arte se encuentra en una indeterminación cínica.
Para este análisis, deseo enfocarme en la configuración de los espacios. Al ser el verbo principal del texto el encierro, considero que los espacios dentro-fuera de la casa cumplen un papel simbólico importante. Con ayuda de la semiótica, podemos asumir estos distintos territorios semióticos o semiósferas como zonas donde sus elementos se comunican entre sí y poseen su propio lenguaje simbólico.
El principal puente de separación es la casa, dentro y fuera de esta se presenta en la novela como espacios distintos, principalmente para la protagonista. Dentro es donde se ha encontrado la mayor parte de su vida y ha vivido todo este sufrimiento por parte de su madre. Fuera es donde se encuentra la libertad, su hermano y el mal padre. Entonces, veamos los semas que configuran cada espacio semiótico:
DENTRO: Mujer, maternidad, encierro, locura, sufrimiento, sometimiento
FUERA: Hombre, paternidad, amor, libertad, dinero
Es importante preguntarse cuál es el espacio semiótico que se presenta como positivo dentro de la novela, el cual evidentemente es el de FUERA. ¿Acaso Ella nos quiere demostrar que las mujeres vivirán eternamente encerradas por el patriarcado debido a ellas mismas?
Es solo una interpretación que no la presento como una verdad absoluta, sino que la extraigo propiamente del texto. Lo interesante es cómo están representados en el espacio los elementos y el valor que se les da a cada uno. Los personajes masculinos se encuentran en libertad, mientras que los femeninos encerrados y en constante dolor.
La autora menciona en diversas entrevistas que el origen de su novela es su reflexión con respecto al pedido de la sociedad de amar a alguien solo porque es familia, a pesar de que te haya hecho mucho daño. Menciona que esto no debe ser así, que por más que sea tu sangre, si te ha hecho daño, deberías poder odiarlo.
Las novelas no siempre plantean lo que el autor quiso decir en primera instancia. No obstante, Ella es una gran novela que debe ser valorada y que, para mí, presenta un respiro al constante populismo político que vivimos en el arte actual.

Estudiante de Literatura de la UNMSM (Perú). Investigador y crítico de literatura y cine. Ha participado en distintos coloquios y publicado en revistas literarias. Director de la revista «Retentiva», miembro de la revista «Disonancias».
Hola estimadao Jonathan, respecto a tu comentario considero que en la novela se plantea una situación que pasa inadvertida en la socieda y es la imposición cultural de que son las mujeres las que deben ser responsables de trabajos de cuidado, ya sea la hija, la mafre, la nuera, en fin se les obliga a ser cuidadoras de enfermos, de hijos, sobrinos y de las personas ancianas, y me pregunto; ¿y los demás miembros de la familia qué hacen al respecto? Huyen cobardemente, se hacen los desentendidos, y dejan la carga. a las mujeres como la protagonista de esta novela que urde en los entresijos del odio y desamor. Enhorabuena por tu comentario que permite visibilizar las tensiones y desigualdades en las relaciones familiares.
Muchas gracias por tu comentario María y por leerme. Lo que mencionas es un punto de vista interesante y a tomar en cuenta. Aún así, considero que no es suficiente para categorizarlo como novela feminista o alineado a sus discursos, la estructura no va por ese camino. Mi intención está, como tú misma dices, en describir los simbolismos y elementos en esta familia disfuncional, como todas, algunas más que otras. Muchas gracias nuevamente.