Morriña
Quise cambiar dejando el mundo, la oscuridad llegó.
Un ángel alzó el vuelo
dejando al mono entre la maleza y los mares.
Desde entonces están solos.
Aunque detecto e irradio luz
de mí surge la pregunta:
¿Estoy ciego?
Ya no hay casas vacías,
tampoco relevaciones.
Soy una placa de metal que vaga buscando carne.
En mi espacio sin tiempo, un poema antiguo,
habla de multiplicar y de comer pescados.
¿A qué raza pertenezco si ya no siento hambre?
No poseo la necedad de la sangre
ni la burocracia de la muerte,
de mi pecho surgen símbolos que se ajustan al todo
descubriendo las primeras cosas y aun así deseo:
soñar que no dejé mi alma.

Psicólogo de 23 años, originario del Istmo de Tehuantepec. Ha participado
en programas sociales como «Espacios Amigables UNICEF 2017-2018»; Además de ser conductor del programa «Juchitán de noche»; en Radio Binniza y cofundador de la
página Guendanayeche. Ha sido publicado en diversos medios digitales y revistas
nacionales.
Encontré en el poema un arte abstracto. Me hizo perder el sentido de coherencia en la lectura de un momento a otro para pasar a un significado retórico que concluyó en filosofía 🤔
Gracias por tu comentario