¡Nunca jamás!
Aunque te persiga el dolor
con sus doscientos piratas,
capitán mutilado,
barco maldito,
tiempo transmutado en cocodrilo.
¡No mates al niño!
¡Nunca jamás!
Aunque ya no creas en hadas,
y sólo veas sombreros.
flor en el olvido,
víbora reptante,
veneno que traen los años.
¡No mates al niño!
¡Nunca jamás!
Aunque ya no persigas conejos
y hayas perdido la juventud.
contador de estrellas,
esclavo de gris,
hombre que ha olvidado reír.
¡No mates al niño!
Al contrario,
fabrica unas alas,
que sean a medida,
dale la mano,
enciende la luz,
permite que fulguren sus ojos,
que vuelva Fantasía.
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Me encantó el poema, gracias por invitarnos a no perder la inocencia querido escritor
Y aunque pasen los años, siempre es bueno tener presente nuestra esencia, la niñez.
Linda lectura.