Paisajes
Primer paisaje
Las espigas ocultan sus secretos
a la vera de las acequias.
Los caminos, testigos viejos
de la polvareda, hoy callan,
tendidos entre los cortijos.
Se ha vestido hoy el mundo
de naranja y somnolencia,
y ha maquillado sus dulces ojos
de licor de tarde lenta.
Una garza descansa su figura,
sobre el lago acecha a los peces.
Lejana, la ciudad cicatriza en la tierra.
Ya se desploma el sol, herido,
y su sangre se derrama
desde un lanzazo de afiladas nubes
sobre la corona de las aguas.
La Luna sale a cazar,
su jauría de amarillos
cubre el mundo.
Recuerdo el lejano hogar,
Arcadia, antigua…
La Luna en lo alto.
Las sombras de los pájaros
surcan el lago.
Segundo paisaje
Sobre el verano se derraman los colores.
Entrañas de verdes dulcemente sangrantes.
Sangra el verde, el amarillo sangra.
Las palomas en la sombra.
Las caricias se derriten
sobre la fronda verdeante.
Diez mil lenguas
—las hojas—
salivan olorosas.
Sus sombras se cincelan en la piel.
En el pretorio, la acera hirviente,
han tumbado al mundo
atado a la columna de los árboles.
El flagrum de los días
abre el verano. Sobre la piel,
el sol. Espinas.
Las formas se curvan y dilatan
en el ebullente aire.
Las imágenes quemadas
sobre la piel.
Tercer paisaje
Madrid.
El día.
Altas las urracas.
Calles caudalosas de imágenes.
Una cicatriz de luces.
Cuerpo dulcemente florecido.
La noche.
Madrid.

(Alicante,1999). Publicó: «El demonio y el cuarto» (La Consentida, 2022), 1er Premio Versonalidad. Colaborador en Dosis Kafkiana Filosofía en la Red y Letras & Poesía.