Paraíso mínimo
NoTempoEdiciones, nuevo sello editorial independiente nacido en Barcelona en mayo de 2022 presenta: Paraíso mínimo de Berna Píriz Macías.
Paraíso mínimo irrumpe salvaje, te saca del letargo y te lleva desde una experiencia íntima y reveladora hacia una visión genuina de la contemporaneidad cargada de crudeza y sensibilidad. Poemario con una propuesta valiente desde el inicio, rápido percibe el lector que ha de valerse de una inteligencia lírica para transitar junto a Berna el paraíso. Nos han robado el sentimiento poético, caminamos sin belleza hasta que una canción, un cuadro o en este caso un libro te resucita y eres más tú que nunca. ¿Cuál es tu paraíso mínimo que reivindicar? ¿Cuál tu línea roja que no permitirás sobrepasar?
Testamento
Hierven mis pestañas sobre el folio
con mis versos cosidos por estigmas
de la tinta que mana sin cesar
una herida que no nos pertenece
ni siquiera nos posee.
Desearía soltarme
caerme
desprenderme
de este vuelo que consume
¡De esta carne!
Fundir mis alas ante la inmensidad
de cualquier océano
y que el fuego no yerre en su misión
hacia la emancipación redentora de la culpa
por querer y haber nacido
por sentirme de este cuerpo
apenas verbo
soledad
y espíritu.
Basta la levedad de un instante en mis pupilas
para que mis ojos dibujen
corazones desbocados
como cuadras de gigantes
que galopan salvajes
con sus crines de sangre derramada
sobre el perfil cristalino de la aurora
tras la coronación mineral del pensamiento
en el rostro anunciado
de un nuevo amanecer.
El gallo vestido de laureles
canta un sueño de siglos que despiertan
entre flores de jara y elixires de seda
donde mis hermanos juegan
en la plenitud frugal del bosque.
Cuando la arena apague el reloj de esta batalla
y el sol abra con sus llaves la gran puerta
mostraré a mi madre las cicatrices
de cuantos rayos me atravesaron en la tormenta
y susurraré callado a mi padre:
“ lo recordé todo
yo soy”

Ausencias
No he estado en Damasco
ni en Bagdag recogiendo cadáveres
que yacen inertes, apilados, olvidados
sin loas de réquiem que troven
su gloria y sus hazañas.
Así de cruel es el destino
con aquellos que han sido derrotados
serán humillados y desterrados
para siempre de la memoria
como si con ellos
nada hubiera pasado.
No he vuelto a transitar por las viejas avenidas
del México más colonial y decadente
donde los niños
donde las niñas
juegan con sus ojos inundados en pegamento
y sus frentes marcadas
por el signo diabólico de la barbarie.
Esta vez no hubo puerto africano
al que arribar en estampida
para amotinarme con los negros
que se niegan a ser vendidos
y rompen con la furia de sus dientes
las cadenas que los convierten en esclavos.
Esta vez no hubo desierto alguno
en el que saciar mi sed
ni selva tropical de ceibas milenarias
en la que admirar el equilibrio parsimonioso
del guacamayo y la tarántula.
Ha sido solo, en la aldea
entre el trigo amarillo del verano
y las atalayas derruidas de mi infancia
donde he aliviado el escozor de mis heridas.
Nadie me prestó sus ojos para llorar conmigo.
He construido de mis pedazos
un bravo velero para abordar el oleaje
una armadura de marfil
y un catalejo de huesos para avistar al enemigo.
Arrojaré mi cuerpo desnudo
a la patria dorada y última de las ballenas
con la esperanza de que los vientos y la sal
abandonen mis pies descalzos
en las playas paradisiacas
de aquellas islas
que tantas veces habité en sueños.
Al sur, rumbo al sur
siempre al sur
en la frontera.
IG: @notempoediciones

Profesor de literatura en un instituto de Granada. Ferviente anacoreta en estos tiempos de masas.