Resonancias de la Dictadura: Entrevista a Descargo y Maleficio
“Se me vienen encima
los mantos negros
como otro proyectil
de la calle hirviente”
Chile detonado
Descargo y maleficio es el nombre del proyecto artístico de Paula Barouh, a quien entrevistamos con ocasión de la publicación de Chile detonado, un volumen de poesía que recoge tiempo y símbolos de la catástrofe social que denuncian las grandes mayorías de la sociedad chilena desde hace meses, en contra del que ahora se revela como violento aparato neoliberal. El despertar de la noche de la falsa prosperidad chilena, en contra del there is no alternative tatcheriano, es poetizado y cantado por Barouh en sus múltiples intervenciones artísticas. En este encuentro con la artista, además de hablarnos de las vicisitudes de su trayectoria artística, nos comparte su mirada sobre el devenir de una sociedad que hoy por hoy, desborda con su ira e indignación los límites abyectos de la miopía de las élites gobernantes. Como bien dice ella misma, “el único consenso que tenemos vive en la calle”, y ese desplazamiento, ese hacerse a sí mismo desde la colectividad emergente de la protesta callejera (incluso en plena pandemia, como lo retrataron esta misma semana algunos diarios), es el leit motiv de una expresión artística diversa que se mezcla con la voz de la gente, que la ordena y captura en un cúmulo de instantáneas versificadas hechas de música, poesía y escritura. Los invitamos a leer estas líneas y conocer más sobre Paula Barouh.
1. Las democracias se han presentado en América Latina como el fin de los distintos autoritarismos dictatoriales en el subcontinente. A la luz de las recientes acontecimientos, tematizados poéticamente en “Chile detonado”, ¿cuál es la realidad chilena que ves emerger y cuáles sus líneas futuras?
Una realidad muy esperanzadora, ya que pienso que el estallido redefinió lo que es ser chileno. Nos volvió más conscientes del otro, un poco más inclusivos y tolerantes. Pienso que después del 18 de Octubre muchos ciudadanos por fin empezaron a mirar a sus pares, a escuchar y entender que todos, o la gran mayoría, hemos subsistido con los mismos problemas y la misma desigualdad. De pronto muchas barreras naturales que culturalmente poseemos –sea por la misma dictadura, el oscurantismo que eso nos trajo o por cómo nos moldeamos bajo el miedo y silencio casi patológicos–, empezaron a derribarse. En lo negativo, veo que por mucho tiempo nos dejamos conducir por personas y modelos económicos que consideran más importante un negocio, una inversión o una propiedad que al ser humano, por lo que es difícil que todos ellos comprendan lo que se está reclamando. La indiferencia de todos ellos asusta y es la gran mancha que emerge de todo esto. El entender con ello que, mucho por lo se está luchando hoy, quizás no verá la luz en un futuro próximo. Pero de cualquier forma ya no somos los mismos y eso por sí solo, hace que el mañana sea más esperanzador. Quizás en unos cuantos años podamos ver los resultados concretos del estallido social. Por ahora el sentimiento de muchos es que Chile le dobló, por fin, la mano a su tragedia intrínseca y sistemática, para decir “no más”.
2. ¿En dónde están las raíces de la crisis sistémica que atraviesa Chile?
Esto tiene muchas raíces y aristas. No soy una científica social o política que habla con fechas y hechos específicos que se remontan muy atrás, pero sí creo que mucho de esto tiene que ver con el golpe de estado del 73 y nuestra vida de ahí en adelante. A Chile, entre muchos hechos forzosos y brutales, se le impuso un sistema económico que si bien significó la “redención” y el enriquecimiento para algunos sectores minoritarios, fue el empobrecimiento y endeudamiento de otros. El ingreso a un sistema de pensiones indigno, entre muchas otras problemáticas, llevaron a una precarización de nuestras vidas, situación que fuimos normalizando con el tiempo. Pienso que todo esto y más, llevó a Chile a esta detonación, a este despertar sin vuelta atrás.
3. ¿Cómo te implicaste y por qué en el movimiento social Chileno?
La verdad no me veo como parte de un movimiento, pero pasaron un par de cosas que me hicieron reflexionar y sentir mas “comprendida” en cierto modo. Empecé con el proyecto Descargo y Maleficio, denunciando con mi poesía el descontento hacia mi entorno socio-cultural; eso fue en el 2017, mucho antes del estallido social. En 2019, cuando transformé esto en un show en vivo, la propuesta se volvió más confrontacional y agresiva, haciendo uso de varios símbolos chilenos y resignificándolos de manera irónica: La bandera chilena ensangrentada en mis primeros shows y luego el traje típico de huasa chilena con la bandera estampada, cubierta en sangre. Meses antes del estallido hice una intervención callejera con la sangre, la bandera y mi declamación. Aun con todo eso y casi gritándole a la gente en la cara, ellos solo me pasaban por el lado, indiferentes, sin siquiera llamarles la atención que una mujer, que visiblemente salía de lo cotidiano, gritara en la calle. Luego, después del estallido intervine en una de las manifestaciones, con mi vestido de huasa, la sangre y una contitución chilena en la mano. Por primera vez, probablemente en toda mi carrera, la gente entendió exactamente el concepto y lo que hacía, aun sin decir una palabra, solo caminando entre la masa. Se acercaban, tomaban fotos y me hablaban. Esto no sólo me habla, sutilmente, sobre el Chile previo al estallido y el posterior en lo tocante a la apertura de la gente, sino también sobre mi posición como artista. Incomprendida y en parte ignorada con mi denuncia cuando partí, para luego tener resonancia con una masa manifestante. Pienso que no pertenezco realmente a nada, nunca lo hice, pero lo que hoy hago tiene un sentido mucho mayor que aquel con el que partí, que fue el mostrar mi propio descontento. Hoy veo a Descargo y Maleficio como una forma de arte-protesta que no se queda solo en lo oral, escrito o musical, sino que se alimenta e identifica también con la lucha de la gente.
4. ¿El movimiento social del presente tiene raíces en anteriores movimientos o tradiciones sociales de protesta y organización?
Chile ha tenido estos movimientos. Esto es un tema largo e investigativo, pero puedo hablar de lo que tengo presente en mi memoria: el movimiento sufragista que logró el voto femenino en los años 30`s. Los hubo antes, durante y después de la dictadura, pero a lo que puedo referir, porque fui más testigo, es tanto el movimiento de estudiantes secundarios del 2006 como el posterior movimiento estudiantil universitario del 2011. Ambos lucharon no solo por una educación de calidad, por mejores condiciones en sus establecimientos, sino también por la gratuidad de la educación, como un derecho fundamental, paralizando el año académico y haciendo tomas en las instituciones. Ambos son grandes precedentes para lo que está ocurriendo hoy. Tanto en esas dos oportunidades como en el Estallido, fueron generaciones más jóvenes y estudiantes los que iniciaron las protestas. Lo que pasó en el estallido fue que la protesta atravesó tantas aristas de descontento que finalmente la ciudadanía casi en su totalidad, no solo se sintió tocada con la lucha estudiantil, sino que también tomó acción en conjunto con los más jóvenes.
5. ¿Qué es lo que te inspiró para escribir “Chile detonado” y por qué piensas que es importarte dar voz a este poemario?
La inspiración radica en lo que me tocó atestiguar por vivir en la Zona Cero, área donde tuvieron lugar las manifestaciones. En esta zona, y principalmente en la calle donde vivo, se produjeron los mayores enfrentamientos entre los manifestantes y la policía. Estos no se reducían a los viernes, los días de mayor concentración de gente en las manifestaciones. Los enfrentamientos sucedían todos los días, durante muchas horas y no había prácticamente ninguna cobertura mediática de estos eventos, salvo el caso de algunas agencias independientes. La policía actuó siempre con mucha violencia, haciendo uso de armamento y gases contra chicos que tenían como única defensa un par de piedras y unos escudos, hechos con cualquier elemento que encontraran en la calle. La desigualdad de Chile también alcanzó a la batalla callejera y con ello la dialéctica del omnipotente contra el oprimido, que se repite en toda nuestra estructura nacional. Chile Detonado muestra los altibajos de esta relación y también aquellos más personales que la lucha trajo consigo. Por otro lado, pienso que Chile Detonado también captura la efervescencia de la manifestación colectiva, el encontrar sentimientos afines en la calle, el unificar los gritos de batalla con un objetivo en común y absoluto. Y en esa unión también está inscrita la impotencia ante la nula respuesta del gobierno hacia las demandas. La importancia de este poemario para mí, es poder capturar tanto el momento mismo como las emociones que nos dejaron cinco meses de lucha.
6. ¿Qué busca “Chile detonado”: unificar y crear consenso, o multiplicar las visiones, lecturas y puntos de vista sobre una crisis?
Pienso que, más bien, tiene una función testimonial, además de relatar un aspecto emocional que la lucha social dejó en una persona que la vivió en carne propia. El único consenso que tenemos vive en la calle. No en el gobierno, ni el parlamento y quizás no en Chile Detonado que es, más bien, un testigo ocular y emocional de lo vivido. Es un registro del instante que me pareció relevante dejar para la posteridad.
7. ¿Cual es el Chile que como artista femenina muestras a través de tus poemas?
En mis poemas, más allá del poemario en sí, hablo de un Chile que duele por su alta desigualdad. Por su indolencia ante la necesidad ajena, por su machismo y constante agresión hacia las mujeres en todas las aristas posibles: psicológica, laboral, legal, afectiva, sexual y podría seguir. Un Chile que aun no considera al arte en todo su espectro, como una profesión. Pienso que a todos los que somos artistas nos dijeron en algún momento “te vas a morir de hambre” y hoy entendemos la violencia que carga esta frase. Todo esto ha sido para mí el Chile que he venido denunciando en mi poesía, solo que hoy y luego de muchos atropellos, por fin detonó.
8. ¿Estamos ante el comienzo de otro tiempo en Chile y el mundo? ¿O se trata de una crisis más de adaptación del sistema capitalista?
Creo que, precisamente, ese sistema está colapsando. Hay una frase que apareció rayada en un muro, uno de los primeros días de estallido: “no era depresión, era capitalismo”, y eso refleja en gran medida la deshumanización que arrastra este modelo económico, la que fuimos, sin querer, normalizando y albergando como única forma de vida. Sí pienso, como decía arriba, que ya no somos los mismos y quiero creer que estamos en el inicio de una nueva era, más justa e igualitaria, por mucho que las decisiones de los gobernantes, no solo de Chile sino del mundo, nos hagan creer a diario en lo contrario.
9. ¿En qué sentido la incomprensión de los cambios sociales impidió ver lo que se gestaba en Chile?
Yo creo que ha sido una incapacidad de parte de los gobiernos, de ver al chileno real. Ese que se levanta a las 5 de la mañana para llegar a un trabajo en un transporte público deficiente y repleto. El que puede pasar meses esperando por una atención médica o muere en las salas de espera. Aquel que siendo de tercera edad, debe conformarse con una pensión indigna ya que el sistema previsional especula con el dinero de los afiliados. El chileno que se endeuda durante años para poder ir a la universidad. Lamentablemente hemos estado gobernados sistemáticamente por empresarios o gente que solo apoya al empresariado, del cual nadie dice que deba desaparecer, pero que no siga generando una brecha tan grande de desigualdad. Pareciera que existe una desconexión abismal entre el Gobierno, el Parlamento y la realidad del ciudadano común sin privilegios. Esto último es lo más devastador, porque la realidad es que Chile tiene ciudadanos con una infinidad de privilegios y otros que jamás los tendrán. Mucha de la casta política que toma las decisiones, proviene de esa situación privilegiada, por lo que ha sido difícil ver que las necesidades son reales y urgentes. Hemos construido una sociedad con bienestar sólo para quien pueda pagarlo.
10. Hay quienes piensan que después de la crisis de la imagen del escritor como letrado, hay un proceso de reinvención de su figura a nivel de la esfera publica, ¿cómo vives tú este proceso de invención/reinvención como escritora y poeta?
La verdad es que me siento bastante al margen de los cánones literarios establecidos y de ese mundo. Por circunstancia y también por opción. No estudié literatura y la única vez que intenté asistir a un taller literario me retiré indignada porque le estaban faltando el respeto a una profesora delante de todos y nadie, ni siquiera el otro profesor que dictaba la clase, movió un dedo por ella. Esto sucedía mientras, segundos antes, se habló de la poca valoración y presencia de la mujer en la literatura. Me pareció de una inconsecuencia, hipocresía y machismo tan grandes que lo tomé como una señal del rumbo que debía tomar con esto. Decidí solo escribir, sin seguir ningún margen, estructura o taller literario que moldeara lo que quería decir. Llegué a este camino porque necesitaba expresar mi descontento y lo hice desde el instinto, no desde lo académico. Pasé muchos años estudiando mi propia disciplina, el Canto, que muchas veces hizo que pensara demasiado, como para hacer lo mismo con otra rama artística. No me inventé o reinventé, solo me hice escribiendo.
11. ¿Qué obstáculos se han presentado en tu camino, siendo mujer y artista, en un contexto de crisis social y política en Chile?
Creo que hoy más que nunca, los obstáculos que tuve en un principio con mi carrera solista, relativos principalmente a machismo, cosificación y juicio constante de los pares, se han disipado en Descargo y Maleficio. Este proyecto encuentra su sentido en la calle, en el descontento generalizado, en los problemas de nuestra sociedad hoy expuestos y entendidos por todos. Pero siento en general, que como cultura, aun tenemos una deuda con las mujeres artistas en cuanto a igualdad absoluta e innegable, ya sea en las pagas, en los espacios para presentarse, en oportunidades y, sobre todo, ajustar cuentas con la memoria histórica. Que esta sea capaz de reconocerlas y darles el sitial que merecen. Costó muchos años comprender el valor de quien ha sido la gran artista de nuestra historia: Violeta Parra. Casi 50 años para entender lo fundamental de su obra, cuando en vida jamás se le valoró realmente. Creo que aunque hoy se valora más la presencia femenina en las artes, aún está muy lejos de ser paritaria y pienso que este es todavía el gran obstáculo que tenemos, tanto en Chile como el resto de Latinoamérica.
12. Si estuviera en tu poder crear un escenario político y artístico ideal, ¿cuál sería y por qué?
Mi escenario político ideal sería cambiar al presidente de turno y reemplazarlo por alguien que no represente a ninguna de las coaliciones políticas añejas que nos han gobernado hasta ahora, ni las nuevas llenas de contradicciones. Alguien que quizás no venga del mundo político, pero tampoco del empresarial.
Segundo, que en los ministerios haya gente que realmente sepa de la cartera asignada. No pueden seguir eligiendo ingenieros para el Ministerio de Educación, gente que no se desempeña como artista en el Ministerio de Cultura o personas que defienden la violación a derechos humanos, con cero experiencia en materia de género en el Ministerio de la Mujer. Esto es una locura y suena a ficción, pero ha sido una realidad lamentable y vergonzosa, sobretodo en el Gobierno actual.
Escenario artístico ideal: leyes que protejan al artista en lo laboral y que con ello haya un reconocimiento real de la labor artística como profesión. Hasta el momento es una ocupación casi fantasmal, social y legalmente. En una situación ideal el arte debería ser considerado tan importante como el deporte, la salud y que vaya completamente ligado a la educación. También la paridad absoluta en cuanto a espacios en escenarios, sueldos y una ley más dura que impida cualquier discriminación o desigualdad hacia la mujer en el ejercicio de su profesión artística, lo que debería replicarse en cualquier arista profesional y de la vida.
13. ¿Qué consejo le darías a nuestros lectores en estos devastadores momentos de crisis mundial?
Que se mantengan haciendo y creando todo el tiempo. Para todos los que decían “paren el mundo que me quiero bajar”, el mundo por fin se detuvo forzadamente para todos, y es esta la oportunidad no solo de reflexionar el porqué llegamos a esto, sino también de hacer lo que, por todas las razones anteriormente expuestas en esta entrevista, no pudimos hacer. No sabemos cuanto tiempo más tenemos. Aprovechémoslo en ser las personas que siempre soñamos, pero que el deber nos impidió.
Para conocer más sobre el proyecto de Descargo y maleficio pueden seguir su Instagram en @descargoymaleficio