Un cuento en cuarentena
—Amor, tenemos que terminar. «No, ¿cómo le vas a decir “amor” si estás terminando con ella, idiota?». —Andrea, tenemos que terminar. «Sí, así suena mejor. ¡Ay, Diosito, perdona que te moleste tanto…!» Creí que practicar frente al espejo me ayudaría, en lugar de eso puedo presenciar el ridículo que hago frente a los demás. Patético. El gato maúlla a mi espalda, me mira atento desde la mullida cama con sus ojos humanos y cínicos, como si se burlara de mí: «Sí, eres patético, humano», escucho decir en su maullido. —Eso…
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